Recién ocurrido el incendio en Valparaíso, algunos damnificados de la catástrofe se enfrentaban a la dura realidad con un factor complejo extra: vivir en zona de riesgo. Las zonas de riesgo se definen como un “espacio de máximo peligro, no solamente en caso de incendios, sino que también de deslizamientos, inundaciones y una serie de eventos que son naturales, pero que al interactuar con el hombre se transforman en peligros que tienen consecuencias para las personas”, explica el geógrafo Manuel Fuenzalida.
“En este sentido, todas las quebradas de Valparaíso son zonas de riesgo”, sentencia. El Plan de Inversión, Reconstrucción y Rehabilitación Urbana Valparaíso 2014, publicado por el Gobierno en agosto, advierte que la ciudad puerto además de tener una serie de zonas riesgosas, también posee una “fragilidad” al enfrentar ciertos factores como “el mal manejo forestal de la parte alta de la ciudad, el deterioro ambiental de sus quebradas, el problema histórico de accesibilidad asociado a la dificultad topográfica, la deficitaria regulación y el cumplimiento de normativas urbanísticas en el desarrollo de los asentamientos y la ausencia de obras de mitigación y/o de prevención de riesgos asociados a la topografía de cerros”. En la mayoría de los casos, la habitabilidad de las zonas de riesgo está conectada con la población más vulnerable y la falta de una oferta habitacional al alcance.
¿Cómo se enfrenta esta situación de peligro? ¿qué se está haciendo para mitigar los riesgos?
A continuación, lo que se experimenta en Valparaíso tras el incendio en el video: Vivir en Zona de Riesgo.